El Bruxismo nocturno es el hábito involuntario de apretar y rechinar los dientes durante el sueño, que afecta a entre un 10 y un 20% de la población. Por lo general, el paciente no es conciente del problema, y los datos de esta parasomnia proceden de los compañeros de cama o habitación alarmados por el ruido de los dientes, y también de los dentistas que observan la destrucción del esmalte y la dentina. La edad típica de inicio es de los 17 a los 20 años, y la remisión espontánea se suele producir a los 40 años de edad. La distribución de los sexos parece ser similar.
Las hipótesis en cuanto a la fisiopatología sugieren un papel coadyuvante de las alteraciones dentarias, por ejemplo, la maloclusión, y de mecanismos nerviosos centrales. Los factores psicológicos también pueden desempeñar un papel en el sentido de que las tensiones exacerban este trastorno. El tratamiento está relacionado con el riesgo de la lesión dentaria. En muchos casos el diagnóstico se establece durante un exámen dental; en estos enfermos, las lesiones suelen ser mínimas y no está indicado ningún tratamiento. En los casos más graves, es necesaria la colocación de una protección dental de plástico para impedir la lesión permanente y desfiguración de los dientes. El tratamiento del estrés, y, en algunos casos, la biorretroalimentación puede ser útil cuando el bruxismo es una manifestación de una gran tensión emocional. No se conoce ningún tratamiento farmacológico eficaz.
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